El tema que nos ocupa en el Parque (Virtual) de Estudio y Reflexión NGC3621 es la experiencia humana. La consideración de la manera en que vivimos cada uno de nuestros días, dirá si es suficientemente satisfactoria como para seguir el mismo rumbo o por lo contrario, debemos reconocer que las circunstancias no ofrecen todo lo que quisiéramos y, sobre todo, no corresponden a lo que en el fondo de nosotros mismos aspiramos. Una respuesta honesta a esta cuestión nos hace reconocer que el ser humano actual aspira a una experiencia que dé nuevas posibilidades, la gente aspira a un nuevo mundo. 

Durante mucho tiempo las personas vivían confiadas en la creencia de que había un cierto orden que daba seguridad para vivir aceptablemente, cumpliendo con el lugar que a cada cual le correspondía dentro de la sociedad. Bastaba con cumplir cada cual con sus obligaciones para recibir la retribución que le correspondía. Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar; los recursos ya no se logran tan fácilmente, los obstáculos ahora son cada vez mayores, la gente ya no se ayuda unos a otros sino que se vive en una competencia en busca de alcanzar el éxito que cada vez es más difícil de lograr. Aquél orden que debía seguirse ya no garantiza nada. Todos los días ofrecen mayores sobresaltos, inseguridades y angustias. Empieza a sentir que algo tiene que cambiar. Se atienden a orientaciones y se siguen por algún tiempo y, al final, no se llega al cambio que se promete. Las experiencias vividas resultan dolorosas y sin sentido. Todo resulta provisorio y desconcertante.

El tema es encontrar el rumbo, una nueva dirección, basado en una experiencia que te cambie, una experiencia transformadora, que te saque del temor y del futuro cerrado, salir de las angustias y la zozobra. Las instituciones vienen sufriendo un constante deterioro y no cumplen con las funciones sociales para las que fueron creadas, se caen una tras otra.

El sistema económico, en el que todos participamos forzosamente es un desastre porque favorece exageradamente sólo a unos pocos. Las referencias religiosas e ideológicas no pueden dar orientación, pues las directrices que ofrecen no dan los resultados que prometen para nuestras vidas, predicando el sacrificio en el presente para obtener un logro en un futuro que cada vez se aleja más de nuestra existencia. Pero no todo es resignación y, a pesar de todo, la gente clama por un cambio, por una experiencia. Sin embargo, no hablamos de un cambio por el cambio, ya que éste está presente a lo largo del tiempo, a lo largo de la historia; las cosas vienen cambiando, siguiendo un patrón mecánico.

Cuando algo no satisface, se procura un cambio, pero de ordinario lo hacemos sin imprimirle una dirección precisa e inteligente, por lo que puede obtenerse cualquier cosa muy distinta a lo que se buscaba. 

Aquí se trata de una experiencia de cambio profundo, que no se funda en creencias ni en teorías, se trata de una experiencia interna transformadora, que dé sentido a la vida.